Estaba una vez Pepito en su casa y le dice a su papá:
Papá, papá, ¿le puedo pegar al perro?
Y el papá le contesta:
No porque te muerde.
Papá, papá, ¿le puedo pegar al perro?
Y el papá le contesta:
No porque te muerde.
Papá, papá, ¿le puedo pegar al perro?
El papá ya muy molesto le dice:
Esta bien, ve a pegarle al perro.
Y Pepito le contesta:
¡No, porque me muerde!