Estaba un borracho en un bar y ya se le había acabado el dinero. Entonces saca una hormiguita de color negro del bolsillo, y le dice al barman:

¡Oye amigo! ¿Te apuesto mi coche contra una botella de tu mejor vino a que mi hormiguita levanta aquel vaso lleno de vino?

Entonces el cantinero pensando que eso era imposible, acepta. El hombre le dice algo al oído a su hormiguita, la deja en la mesa y la hormiguita camina y levanta sin dificultad el vaso. Entonces el barman la aclama, ¡Oh eso es muy bueno! Pero deja de platicar para atender a los clientes.

Después de un buen rato al borracho se le termina la botella de vino, y le grita al barman:

Te apuesto mi casa contra cinco botellas de tu mejor vino a que mi hormiga levanta aquella mesa de billar contigo encima.

Entonces, el barman acepta pensando que es imposible, y la hormiga lo hace.

Maravilloso, se la compro por 10,000 dólares.

Entonces el borracho se la vende.

En ese momento llega otro borracho y al ver el público que tenía la hormiguita, la ve y al pasar por su lado la pisa y grita:

¡Ja, ja, tanto jaleo por una simple hormiguita!

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