Estaba el paciente en su camilla y llega el doctor, y éste le dice:

¿Sabe qué? Dos cigarros al día, ni uno más, ¿está claro?

Y el paciente le contesta:

Sí doctor, está claro.

A la semana llega el doctor y le pregunta al paciente:

¿Cómo se siente?

Y el paciente responde:

Mal, me estoy ahogando, doctor.

Y el doctor le pregunta el por qué, a lo que el paciente contesta:

¡Es que yo nunca fumaba, y ahora me echo dos cigarros!

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