Erase una vez en una fiesta que un político bebió mucho y se quedó borracho, entonces vio a una persona toda de negro y se acercó a ella y le dijo:

A ver, la viudita que baile conmigo esta pieza.

La persona molesta le dijo:

Señor, yo no voy a bailar con usted por tres motivos: primero porque usted es un borracho mal educado, segundo porque el himno nacional no se baila, y tercero porque yo soy el obispo.

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