Eran tres cigüeñas que se preparaban para salir y entregar a las futuras madres su retoños. La primera preguntó:
¿A dónde van?
La segunda contestó:
A casa de la señora Pérez.
Tan linda la señora Pérez y lo que quiere a los niños. La tercera cigüeña se mantenía callada.
¿Y a dónde vas tú?
A casa de la señora Martínez, ella adora a los niños, ya tiene tres.
La tercera cigüeña seguía callada, por lo que las otras le preguntaron hacia dónde se dirigía.
A la casa de la señorita Gómez.
¿Pero cómo?, replicaron las otras, si la señorita Gómez es soltera y ni novio tiene.
¿Y qué le llevas?
Nada, pero le voy a dar un susto.