Era una vez un tigre que quería, a como diera lugar, ser el rey de la selva. Un día el tigre se estaba limando las garras para «pelear» con el león.

Sale una cebra y le dice:

¿Por qué te estás limando las garras?

Y dice el tigre:

Para que el león sepa que, yo soy el rey de la selva.

Dice un oso:

¿Por qué te estás limando las garras?

Dice el tigre:

Para que el león sepa que, yo soy el rey de la selva.

Dice una jirafa:

¿Por qué te estás limando las garras?

Dice el tigre:

Para que el león sepa que, yo soy el rey de la selva.

De repente sale el león, y va donde el tigre y le dice:

¡Oye tigre! ¿Por qué te estás limando las garras?

Dice el tigre:

¡Ay, pacaterías mías nomás!

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