Era una vez un atlante que no conseguía trabajo. Un día sale a buscar trabajo y pasa por la casa de un millonario y ve que necesita recortar el pasto. El atlante va hablar con el millonario y éste le dice:
Pasa mañana que tengo que amarrar al perro y bajar la antena parabólica.
A lo que el atlante le contesta afirmativamente. Al llegar a su casa le cuenta a su esposa que por fin había encontrado trabajo. Al otro día se levanta temprano para ir a su trabajo nuevo. Llega a la casa y el millonario le dice que empiece por la parte de atrás. Pero el millonario en vez de poner la parabólica boca abajo la puso mirando hacia arriba, y cuando el atlante ve la parabólica sale corriendo, y cuando llega a su casa despavorido su esposa le pregunta:
¿Qué te pasó? ¿Se soltó el perro?
A lo que éste le contesta:
No vi al perro, pero vi el plato donde come y era bieeen grande.