Era una anciana que estaba formada en una taquilla, cuando de repente se acercan unos chavos y le quitan su lugar en la fila diciendo:
¡Los ancianos al final, los ancianos al final!
De repente aparecen unas chavas y le dicen:
¡Los ancianos al final, los ancianos al final!
En seguida unos señores y señoras y lo mismo:
¡Los ancianos al final, los ancianos al final!
Ya al final de la fila la anciana grita con voz indignada:
¡Ahora si se amuelan, a ver quién les vende los boletos!