Era un señor que fumaba mucho, hasta que un día dijo:

¡Ya no voy a fumar!

Entonces, cada vez que prendía un cigarro decía:

No, ya no voy a fumar porque me muero de cáncer.

Y lo tiraba al piso, y lo aplastaba con el pie. Cuando volvía a prender otro cigarro decía:

No, ya no voy a fumar porque me muero de cáncer.

Y lo volvía a tirar al piso, y lo aplastaba con el pie.

Y cada vez que prendía un cigarro, decía lo mismo, tiraba el cigarro y lo aplastaba con el pie.

Hasta que un día se murió de cáncer en el pie.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *