Era un señor preso en la cárcel en la cual, todo lo que entraba y salía de ella era minuciosamente registrado.

Un día la esposa del preso le mandó una carta a su marido en la cual decía:

Lorenzo, necesito que me digas en qué momento debo escarbar la huerta para sembrar papas.

contesta el marido:

No vayas a escarbar nada querida porque en la huerta están enterradas todas las armas que escondí.

Luego de tres días Lorenzo le vuelve a escribir una carta a su esposa:

Querida, supongo que la policía ya fue a la casa a buscar las armas, y escarbó todo el patio, ahora ya puedes sembrar las papas.

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