Era un partido de baseball entre elefantes y hormigas, al turno en el cierre de la novena entrada con bases llenas los elefantes, marcador hasta el momento; hormigas 5, elefantes 5. En eso gran batazo del señor elefante, un hit al jardín derecho, la multitud grita:

¡Corre, corre, corre!

El elefante pasa primera y voltea, su entrenador lo manda a segunda y el corre, pasa por la almohadilla y voltea, y el entrenador lo manda a tercera y luego a home, pero la jugada se aprieta y la bola ya va hacia home, parece que ambos llegaran al mismo tiempo. La multitud grita desesperada:

¡Barrete, barrete, barrete!

El elefante se tira de panza unas milésimas antes de que llegue la bola, pero en el clavado arrolla a la hormiga catcher, al darse cuenta se levanta de inmediato, toma a la hormiga en sus manos, la sacude y le dice:

Perdón hormiguita, fue sin querer.

A lo que ella responde:

No se preocupe señor elefante, yo en su caso hubiera hecho los mismo.

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