Chiste Número #3244

Era un hombre que tenía una peral y todos los días por la noche, un ladrón venía a robarle peras. Así que el dueño del peral cogió un palo y fue a esperar al ladrón. Cuando éste vino, le cogió de los cataplines y empezó a retorcer…

¿Quién eres?

El ladrón no contestaba.

El dueño retorció más…

¿Quién eres?

No obtuvo respuesta.

¿Quién eres?

Y de tanto retorcer, el ladrón dijo:

¡El mudo!