Chiste Número #1157

En un cementerio de México, mientras todos ofrendaban flores y lloraban a sus muertos, Pepito sollozaba, al tiempo que ponía un plato de arroz, como ofrenda para su muertito. Un mexicano que lo veía de reojo le preguntó en tono de burla:

¿A qué hora sale a comer su arroz el difunto?

Pepito con seriedad contesta:

A la misma hora que el tuyo sale a oler las flores.