En su segunda Luna de Miel, una pareja algo madura llega a las oficinas de inmigración. El guardia revisa los documentos de los interesados, al ver la identificación de la mujer dice:

Muy bien señora, la felicito, es la primera vez que veo que una dama pone en su credencial un retrato actual.

El esposo haciendo segunda a tal declaración menciona:

Ya vez mi vida, que no tiene nada de malo negar la edad.

La mujer, enojada y a punto de estallar aclara al guardia:

Lo que usted está viendo es mi huella digital.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *