En el paraíso se encontraban Adán y Eva. Adán siempre salía a trabajar y llegaba tarde, todos los días era la misma historia.

Como estoy solo, debo hacer todos los trabajos y me toma mucho tiempo, decía Adán.

Eva comenzó a sospechar que andaba merodeando a otra mujer y le dijo:

Estás con otra y lo sé todo.

Adán riéndose a carcajadas le dijo:

Estas loca, tú eres la única mujer en toda la creación, y se fueron a dormir.

A media noche Adán se despierta abruptamente al sentir que algo punzante le pinchaba el pecho en varios lugares y ve a Eva sobre él y le pregunta:

¿Qué haces?

Y ella le contesta:

¡Contándote las costillas!

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