El dueño de una tienda había llevado gas a su tienda, pero olvidó cerrar el gas y entonces, sacó un cigarro, prendió un cerillo y el gas explotó.
El dueño de la tienda salió volando hasta la otra calle y un señor que pasaba por ahí le preguntó:
¿Esta usted bien?
Y el dueño de la tienda al ver su tienda incendiándose le contestó:
Creo que sí, vaya que tengo suerte, logré salir a tiempo.