El Borracho que va bien pasado de copas llega al cementerio y decide descansar acostándose arriba de una de las tumbas; cuando de repente escucha una voz de ultratumba: «Estoy vivo, estoy vivo, estoy vivo…», el borracho se levanta asustado y echa un vistazo a todas las tumbas de su alrededor y no ve nada raro, se vuelve acostar y nuevamente la voz: «Estoy vivo…», el borracho mira hacia abajo y ve un féretro en el que él estaba acostado y a través de la ventanita de cristal mira el cuerpo moribundo desesperado con pocas fuerzas diciendo: «Estoy vivo…» a lo que el borracho contesta: «Tú no estás vivo, tú lo que estás es mal enterrado».