Este es un frutero que dice:
¡Vendo melones! ¡Vendo melones!
Dice el loro:
¡Y todos podrios! ¡Y todos podrios!
El frutero enfadado le mete un puñetazo al loro en el ojo.
A la mañana siguiente:
¡Vendo melones! ¡Vendo melones!
Contesta el loro:
¡Y todos podrios! ¡Y todos podrios!
Otra vez le da un puñetazo en el otro ojo.
Al otro día, dijo el frutero:
¡Vendo melones!
Dice el loro:
¡Y yo cupones!