Pepito no podía dormir por las noches, fue al doctor y le recetó una medicina que debía tomar al acostarse.

Pepito no pudo dormir y así fue varias veces con el médico. El médico le preguntó que era lo que sentía cuando se acostaba y apagaba la luz, Pepito le platicó al doctor que escuchaba un aleteo en el techo de su recamara. El doctor le recomendó y prestó una pistola para cuando escuchara ese ruido, y así lo hizo.

Al otro día sale en el periódico «Niño mata a su ángel de la guarda».

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