Un hombre toma un taxi y le dice al taxista:

Calle Castalla número 5, por favor.

El hombre durante el trayecto iba muy atareado consultando una guía turística y para hacerle una pregunta al taxista llama su atención con una palmada en el hombro:

Por favor…

El taxista sobresaltado empieza a dar volantazos para uno y otro lado de la calzada, está a punto de colisionar con un coche que venía en sentido contrario, del volantazo casi embiste a un camión por detrás, se sube a la acera y casi atropella a una mamá que iba con su niño en un carrito, y finalmente se queda empotrado contra el escaparate de un supermercado.

Pasado un rato, los dos se reponen del accidente y le dice el taxista al cliente:

No me dé estos sustos, por favor, que casi se me para el corazón.

El cliente le contesta:

Perdone, si llego a saber que se iba a asustar tanto no le hubiera tocado el hombro

Y responde el taxista:

Es que es mi primer día, ¿sabe?, y no estoy acostumbrado.

El cliente para quitarle hierro al asunto le pregunta:

¿A qué se dedicaba antes?

Y le contesta el taxista:

Era chofer de una funeraria.

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