Sube una señora de edad avanzada a un autobús lleno de puros hombres, después de un rato la señora espera que alguien le ofresca su lugar, pero al ver que no sucede, dice:
Como se ve que en este autobús no hay caballeros.
A lo que responde uno de ellos:
No señora, caballeros sí hay, lo que ya no hay son asientos.