Dos cazadores de patos salvajes iban caminando por orillas de un río, claro que cada cual por diferente orilla. De un lado al otro del río se hacían gestos y señas jactándose de ser cada cual el mejor cazador de patos, cuando en eso, una parvada pasa por sus cabezas, los dos apuntan al mismo tiempo y disparan al mismo pato, al parecer ambos aciertan, y el pato va a caer a 100 metros justo en medio de un puente que cruzaba el río. Ambos cazadores corren por el pato, hasta que llegan al puente en donde los dos se acercan presurosos y uno toma el pato por el cuello y el otro por las patas, y se ponen a discutir, mientras tironean el pato.

¡Yo le dí primero!

¡No! ¡Fui yo!

Hasta que uno dice:

Basta, lo arreglaremos como hombres, te propongo que el que reciba 10 puñetazos de parte del otro y continúe en pie se quedará con el pato.

Hagámoslo de esa manera responde el otro, pero yo pego primero.

Muy bien responde el de la propuesta, seguro de que ganará.

Recibe el primer golpe y el segundo, al sexto todavía resistía, viene el noveno, casi se cae, pero soportó con los ojos morados y la nariz rota el décimo.

Se ríe y le dice:

Muy bien, resistí, ahora es mi turno, ¡Prepárate!

Y el otro responde:

Estas más tonto, ¡Quédate con el pato!

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