Llega un señor al bar y pide tres copas, y el cantinero le dice que si no desea una por una, a lo que responde:

No, las tres, yo te voy a pagar y me las tomo como yo quiera.

Y se las da, y así pasa una semana que iba a diario y pedía tres y se las tomaba.

Un día el cantinero le pregunta:

Pero, ¿por qué pide tres copas?

Y responde el borracho.

¡Haaa!, es que una es para mí, y las otras dos, para mis dos amigos.

Hasta que un día llega el borracho y dice:

¡Dame dos copas, cantinero!

A lo que el cantinero dice:

¡Ha!, ya veo, se peleó con uno de sus amigos.

Y responde el borracho:

No, no, para nada, es que yo… ya no tomo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *