Eran dos convictos que hicieron un túnel para escapar de la cárcel, cuando se disponían a realizar su escapatoria no contaron que había un guardián que conocía de los planes de escape y los estaba esperando a la salida del túnel con un grueso tolete. Una vez en la escotilla de escape del túnel, dice uno de los presos:
¡Por fin, la libertad! Y abrió la escotilla. Cuando sintió el fuerte golpe del tolete del guardia justo en la boca. El presidiario inmediatamente se regresa con la mano en la boca y el otro le pregunta:
¿Qué pasó? ¿Por qué no saliste?
A lo que el primero respondió sin destapar su boca:
Es que me dá mucha risa, sal tú primero.