Estaba una mujer cenando en un restaurante, y de repente llama al mesero y le pregunta:
 
Oiga joven, ¿tiene ancas de ranas?
 
El mesero le dice:
 
¡Sí señora!
 
Y la mujer le contesta:
 
Entonces, dé un salto, y tráigame un vaso de agua que me ahogo.