Un señor en el restaurante.
¡Mesero, mesero!, yo le pedí un pollo y usted lo que me trajo fue una gallina.
¿Por qué dice que es una gallina?, pregunta el mesero.
Por los dientes.
A lo cual el mesero replica:
¡Pero las gallinas no tienen dientes!
A lo que el cliente responde:
Las gallinas no tienen dientes, pero yo sí.