Un domingo estaba el padre de la parroquia regañando a los feligreses ya que daban muy pocas ofrendas y les dice:
Hermanos, hoy vamos a recoger las ofrendas de una manera diferente, quiero que sin ver sus bolsillos metan la mano dentro y echen a la bandeja el billete que agarren, sin mirar que cantidad es. Y para que vieran los fieles como era, metió la mano en su bolsillo y cuando la sacó, era un billete de 100 dólares y exclama:
¡Te reprendo Satanás!