Una vez un chico que fue a comprar cigarillos y le dice al quiosquero:
Señor, ¿Tiene cigarrillos de colores?
No nene, no tengo.
Al día siguiente vuelve el chico y le pregunta al quiosquero:
Señor, ¿Tiene cigarrillos de colores?
No nene, ya te dije que no tengo, dijo el quiosquero con nerviosismo.
Esa misma noche el quiosquero agarró un paquete de cigarrillos de cada marca, y los pintó a todos de diferentes colores.
Al otro día el chico vuelve al quiosco y le pregunta al quiosquero:
Señor, señor, ¿Tiene cigarrillos de colores?
Y el quiosquero contesta orgulloso:
Sí, ¿Qué color queres?
¡Blanco!