El niño y el cura.

Cierto día un niño huérfano estaba llorando en la puerta de una parroquia, al rato sale el cura y le pregunta:

Hijo mío, ¿Por qué lloras?

El niño entre lagrimas le dice:

Es que acabo de perder un dólar.

Y sigue llorando…

Ya, ya no llores, le dice el cura, te voy a regalar un dólar.

El niño coge el dólar y lo mete a su bolsillo. El cura entra nuevamente a la parroquia para tener la misa de costumbre y escucha un llanto de niño, el cura sale enfurecido y encuentra al mismo niño llorando y le dice:

¿Y ahora por qué lloras?

Y el niño le responde:

Padrecito, si no hubiera perdido mi dólar ahora tendría dos.

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