Eran dos amigas que se encuentran por la calle y comienzan a hablar de sus vidas cotidianas.
La primera dice:
Aayy hija, mi marido me trata como una reina, nada me falta, me compra ropa, zapatos y los fines de semana me saca a pasear.
A lo que la otra contesta:
Aaaayy, pues a mí lo que me saca mi marido es la M.
¿Cómo?, dice la amiga.
Sí, contesta, me saca la M, ahora no me dice Mirtha, sino Irtha.