Erase una vez una señora que vivía desde hacía cinco años cerca de un circo, entonces el dueño del circo le pregunta:

Señora, ¿Le ha afectado que el circo este aquí más de cinco años?

La señora responde:

Para nada, nara, nara, nara, nara, nara, nara, nára, nára, nára, narana.

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