Había una vez dos muditos uno que ya estaba aprendiendo hablar le dice al otro:
Mira, ve con este doctor.
El otro le hizo caso y se fue para allá, cuando el mudito entra el doctor le dice:
A usted lo envió su amigo, ¿verdad?
El mudo le dice sí con la cabeza.
El doctor dice ponga su mano aquí en esta maderita. El mudo se le queda viendo y el doctor le dice:
Si quiere hablar ponga su mano ahí.
El mudo le hace caso y pone la mano ahí.
El doctor con un martillo le da en la mano y el mudo grita:
¡Aaaaaaahhhhhhhh!
Y el doctor le dice:
Mañana continuamos con la «b».