Durante un juicio por corrupción política, el fiscal interrogaba al testigo:
– ¿No es cierto que Ud. recibió una cantidad muy importante de dinero para obstruir la investigación?
El testigo con la mirada perdida se mantenía en silencio.
El fiscal creyendo que no le había oído repite la pregunta;
– ¿No es cierto que Ud. recibió una cantidad muy importante de dinero para obstruir la investigación?
El testigo con la mirada perdida seguía en silencio.
Finalmente el juez se dirige al testigo:
– Por favor responda a la pregunta
-¡Oh!, perdón creí que el fiscal se dirigía a usted Sr. juez.