Llega un borracho a su casa y toca la puerta, la esposa se asoma por la ventana del cuarto de arriba y le grita:

¿Que no traes llave?

A lo que el borracho le contesta que se le perdió, entonces la esposa para no bajar a abrirle le quiere aventar las llaves para abajo, pero como sabe que está oscuro y el borracho las puede perder otra vez, amarra las llaves con un lacito y las baja. Cuando el borracho las agarra le grita:

¡Ahora sí vieja, jálale!

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