Llega un borrachito bien pasado en copas a su casa ya entrada la noche, en eso le dice su esposa llorando:
«Viejo, ¡mira como vienes!, me prometiste que ya ibas a cambiar, que ibas a ser un hombre nuevo»
-hip, responde el borrachín, «discúlpame vieja, para mí que tu estas salada, este nuevo hombre te salió igual de borracho que el otro»