Entra un hombre en un bar azotando las puertas y pregunta en tono grave y fuerte:

¿Dónde está el gallo?

Y nadie le responde, y replica de nuevo en tono aún más fuerte:

¿Dónde está el gallo?

Y terminando la frase se levanta un hombrón fornido y responde:

¡Aqui estoy!

Y el otro temblando de miedo le dice.

¡Despiértame a las cinco de la mañana por favor!

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