Erase un ventrílocuo (esos tipos que hacen hablar a los muñecos) que dice:
Ahora vamos a contar un chiste de atlantes.
Asistía a la función un atlante, que muy molesto se pone de pie y dice: Señor, que nosotros sabemos que cuando contáis chistes de atlantes nos tomáis por estúpidos. Entonces el ventrílocuo, apenado le dice: Disculpe, señor, que no sabía que estaba usted aquí . A lo que responde el atlante: Usted se calla, que estoy hablando con el muñeco.