Un señor iba paseando por la calle cuando se encuentra a un amigo y éste lo saluda:

¡Hola! ¿Cómo te ha ido?

Bien, gracias.

Oye, ¿Tendrás un cigarro que me regales?

Claro, aquí tienes.

El amigo se lo da, y antes de que se fume el cigarrillo, el señor se toma una pastilla y después procede a fumarse el cigarrillo. El amigo dudoso, pregunta:

¿Y para qué sirve esa pastilla?

¡Ah! Sirve para que se me quiten las ganas de fumar.

¡Pero si estás fumando!

Claro, pero sin ganas.

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