Un entrerriano va en su coche hacia Corrientes, y en un determinado lugar duda si ese es el camino correcto, entonces se decide a preguntar a un hombre que venía por la banquina:

¡Oiga amigo! ¿este camino va a Corriente?

Ni lo uno, ni lo otro, contesta el hombre.

¿Cómo?, dice el entrerriano.

¡Sí!, ni lo uno, ni lo otro. Ni yo soy tu amigo, ni este camino va a Corriente.

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