Javier se dirigía a la casa de Juanito, porque quería pedir prestada una guitarra, cuando llegó a la mitad de la cuadra, pensó… ¿y si no me la presta?… ¿qué hago?… ¡no, mejor sigo! Y cuando avanzó unos cien metros se quedó quieto y pensó… ¿y si me dice que la tiene prestada?… ¡no, mejor […]

Están dos aceitunas escalando, y de repente se cae una de ellas y dice: ¡Dios mío!, creo que me he roto un hueso. A lo que la otra responde: ¡Pero eres imbécil, tú estás rellena de anchoa!

Va un señor a la óptica y compra unos anteojos para leer. Al otro día vuelve y le dice al óptico: ¿Me da unos antejos para leer? Pero ayer ya llevó unos. Sí, pero ya los leí todos.

Un día en un pueblito olvidado se encontraron dos indiecitos y uno le dice al otro: Compadre, vamos a la ciudad a buscar trabajo. El otro indiecito le contesta: ¡Vamos pues! Los dos indiecitos llegan a la gran ciudad de México y al pasar por el «Ángel de la Independencia» uno le dice al otro: […]

Una empleada pregunta: ¿Cómo debo avisar señor cuando sirvo la comida? ¿La comida está lista? El señor le responde: Cuando la comida es como hoy debes decir: ¡La comida asquerosa está servida!

Una vez un muchacho le dice a una muchacha: Oye, ¡Tú estás a cien! Y la muchacha le dice: Gracias. Y el muchacho le dice de nuevo: Estás hacien, do el ridículo.