Estaba la señora de la casa mirando televisión, mientras la criada lavaba los trastes, y escucha un escándalo al caerse los platos al piso: ¿Más trastes María? No señora, menos.

Una rubia camina con una amiga por la calle, cuando ve una cascara de plátano en el suelo y le dice a su amiga: ¡Ay mi Dios, me voy a tener que caer de nuevo!

Eran dos amigas que se encuentran por la calle y comienzan a hablar de sus vidas cotidianas. La primera dice: Aayy hija, mi marido me trata como una reina, nada me falta, me compra ropa, zapatos y los fines de semana me saca a pasear. A lo que la otra contesta: Aaaayy, pues a mí […]

Mi mujer habla mucho cuando voy manejando en la carretera, dice un tipo a otro. No te compadezco, responde el otro, mi mujer seguramente habla más. Lo creo difícil, replica el primero. A ver, ¿Cuántas palabras por litro da tu señora?

Una mujer entra a una lencería. Hola, ¿Me podría probar ese sujetador, el rojo, en el mostrador? Claro que puede, pero no sería mejor que se lo probase en el probador?

Dos amigas se encuentran en la calle: Oye, ¿Hay algo nuevo sobre el divorcio de Juan y Maria? Sabes que no me gusta repetir chismorreos, así que escucha atentamente la primera vez.

A un grupo de hombres llega un señor riendo y le preguntan: Oye, y tú, ¿de qué te ríes tanto? Y les responde el señor: ¡Soy feliz, soy feliz! Pero, ¿por qué?, le preguntan. Y responde: Porque se me perdió mi mujer.